
24 Mar Coronavirus: ¿Amenaza u oportunidad?
Cómo convertir en una oportunidad el cambio de las aulas a casa
0:01 h. del lunes 9 de Marzo. Durante unos segundos los padres que estábamos esperando en la puerta del polideportivo no podíamos entender la reacción que estaban teniendo los chicos que salían de sus respectivas actividades. Todos ellos, móvil en mano, no paraban de gritar y abrazarse. Se acababa de anunciar la suspensión de las clases en la comunidad de Madrid durante las siguientes dos semanas.
¡Chicos! ¿Sabéis que esto no es una buena noticia, no? Decíamos algunos a nuestros hijos mientras anticipábamos las consecuencias y la importancia del momento.
Para muchos alumnos la noticia tal como la calificaron ellos mismos, era, lo mejor que les habían dicho nunca.
Podríamos entrar en el debate del por qué nuestros hijos están teniendo esas reacciones de alegría ante la noticia de no ir al colegio; podemos reflexionar acerca de cómo perciben ellos el entorno educativo; de por qué un niño que nace curioso y con ganas de aprender prefiere no ir al colegio… ¿Acaso el aprendizaje no debería ser un aliciente y una motivación para todos nosotros? Pero dejemos ese debate para otro momento…
Tengamos en cuenta que si a nosotros mismos nos cuesta actuar ante el cambio y la incertidumbre con responsabilidad, manteniendo la calma y gestionando la situación de una manera adecuada, ¿cómo no van a tener nuestros hijos dificultades para entender qué es lo que está sucediendo?
Sin duda estamos viviendo momentos históricos y únicos y de ahí la importancia de estar a la altura de las circunstancias.
Una de las mayores preocupaciones en los primeros días ante el cierre de los colegios fue intentar conciliar la vida familiar y profesional. Hemos visto cómo se ha abierto un nuevo paradigma para muchas empresas que han visto en el teletrabajo una manera muy eficaz de continuar con su actividad minimizando las consecuencias para sus trabajadores y para su negocio. Toda una oportunidad para probar nuevas maneras de trabajar en equipo, de constatar cómo la tecnología es una gran aliada y la importancia de adaptarnos a ella; quizá nos falta ver las consecuencias en los equipo de este modo de trabajo remoto a medio y largo plazo.
Ante una crisis humanitaria y sanitaria, la crisis económica queda en un segundo plano y así lo estamos viendo con estas medidas que si nos las hubieran contado hace tres meses no hubieramos creido. La necesidad de adaptarnos a esta realidad nos está obligando a revisar nuestra escala de valores y a reflexionar acerca de cuáles son nuestras prioridades. Como dice el refrán; no hay mal que por bien no venga.
A lo largo de estas dos semanas, muchos de nosotros hemos tenido que gestionar y afrontar los cambios en nuestra rutina con una fecha de caducidad aun desconocida. La buena noticia es la solidaridad, la ayuda altruista de muchos, la capacidad para encontrar soluciones a los problemas cuando realmente se trabaja hacia un mismo objetivo.
Sin dejar de percibir el Covid- 19 como lo que es, una amenaza mundial real , aprendamos a ver también las oportunidades y la parte positiva de esta crisis.
Somos modelo y referentes, no lo olvidemos. Nuestra actitud es fundamental para poder trasladar a nuestros hijos la responsabilidad y la tranquilidad necesarias.
Aprovechemos para reflexionar nosotros mismos, trabajar y potenciar en nuestros hijos conceptos tan importantes como son:
- La empatía y la conexión con los demás
- La compasión y el altruismo
- La responsabilidad, tanto a nivel individual como social y la importancia de tener en cuenta las consecuencias de nuestros actos
- La importancia de ser flexibles ante el constante cambio en que vivimos, ser resilientes
- El esfuerzo para afrontar nuestros miedos y preocupaciones
- La rutina como herramienta de consecución de objetivos y la adquisición de hábitos como mecanismo consciente de la voluntad
- La actitud hacia lo desconocido y cómo vivimos y convivimos con la incertidumbre
Todos nosotros formamos parte del problema pero también formamos parte de la solución. Hagamos partícipes a los niños de esta situación, adaptando los mensajes a su edad y a su nivel de madurez. Demos herramientas para que actúen con responsabilidad.
Una de las mejores armas para enfrentarnos a la incertidumbre de esta crisis es potenciar la resiliencia, esa capacidad para adaptarnos al cambio de una manera natural y positiva.
Algunas de las pautas que la APA (American Psychological Association) recomienda para fomentar la resiliencia nos pueden venir muy bien en la situación en que nos encontramos para trabajar en familia:
- Potenciar las relaciones personales, fomentar la escucha, ayudar a otros y saber pedir nosotros mismos ayuda.
- No ver las crisis como problemas sin solución, que lo único que harán será bloquearnos y dejarnos con la sensación de que no podemos hacer nada al respecto.
- Ser receptivos al cambio, percibirlo de una manera natural y que forma parte del ciclo de la vida.
- Actuar de la mejor manera que sepamos, con nuestras mejores intenciones.
- Fomentar la positividad y buscar siempre el aprendizaje en nuestras experiencias.
- Aprender a tomar perspectiva y relativizar.
- Confiar en nuestros hijos y ayudarles a que desarrollen sus propias estrategias ante la vida.
Estamos ante una situación completamente nueva para nosotros, tanto por su magnitud como por sus consecuencias, y aunque muy probablemente haya un antes y un después, lo que no podemos negar es que todos (familias, instituciones, padres, madres, profesores y alumnos) debemos actuar desde nuestra responsabilidad individual y social. Gracias a esta situación excepcional estamos aprendiendo a adaptarnos a las circunstancias,pero todo ello supondrá algo más significativo, entre todos generaremos un cambio hacia una sociedad mejor.
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